viernes, 6 de septiembre de 2013

LA RUTINA


                                                 LA RUTINA

De tanto caminar en la vida, cuando los años van sumando experiencias y maduramos adquiriendo conocimientos y absorbiendo la tecnología actual, creo, llega un momento en que decimos, hasta donde esperamos llegar, que más nos dará la vida, al margen de toda la felicidad de la que hemos gozado y gozamos, para poder sentirnos relajados en nuestro interior y encontrar por fin, un lugar en donde detenernos, respirar y descansar, pensando en todo el tiempo que ha transcurrido hasta ahora.

De tanto caminar, nos hacemos expertos en muchas cosas y serán muchas más cuando por nuestra innata curiosidad vayamos investigando que hay más allá de lo que ya conocemos, y nos encontramos con un gran horizonte de cosas nuevas que para no quedarnos relegados tenemos que seguir alimentándonos de más conocimientos y mucha más tecnología. Pero cuando paramos? eso si, no lo sabemos, pero, si queremos parar, viene otra cosa que ya no es tan divertida, sino que se convierte en algo que hasta llegas a "odiar" porque lo haces en forma tan repetida una y otra vez, en cada día que amanece, y eso se llama, Rutina. 

Esta situación te lleva a una serie de conflictos contigo mismo, que antes de amanecer ya sabes lo que vas hacer en ese día, o sea, lo mismo que ayer, y nos dirigimos a nuestros centros laborales ya sin la motivación de otros días en que no veías el momento de llegar a tu empresa, tu trabajo, tu oficina, con unas ganas tremendas de encontrar mil problemas para ir resolviéndolos un por uno con la capacidad que tienes de haber aprendido tanto. Con el tiempo tratas de ir diversificando cada tarea que tengas por hacer y variar en cada solución que das, pero, llega siempre ese momento en que la creatividad te va dejando solo, y lo que das y esperan los demás, solo va a ser lo mismo que has hecho siempre, dar solución, de una gran cantidad de posibilidades de solución a cualquier situación.


Entonces que nos queda, repetir al día siguiente y al siguiente, y al siguiente, casi las mismas cosas que has venido haciendo durante un tiempo, no importa adonde vayas, pues llevaras contigo toda tu experiencia y al final terminarás haciendo siempre lo mismo todos los días. Una situación así, nos perjudica mucho por que  se nos va el entusiasmo, la alegría,  la voluntad, y empezamos por convertirnos en personas muy serias, adustas, incomodas y hasta renegones sintiéndote mucho más molesto e incomodo contigo mismo. Adonde nos lleva todo esto, pues, a un estado en que las cosas no son ya de entusiasmo, sino, que vas cayendo en un mundo diferente, en donde te das cuenta que ya no puedes avanzar, porque, dejaste de caminar para ir aprendiendo más de lo que sigue habiendo, que son los conocimientos, la lectura, la tecnología y que lo dejaste, porque, dejaste también atrás sin que te dieras cuenta, lo que siempre te ha movido y es la voluntad, ese motor que siempre te ha movido en ese largo caminar que no acabarás hasta que una de las piezas de ese motor falle y no encuentres nunca el repuesto para ese motor, que debería seguir funcionando.


Ahora ya sabemos lo que nos puede pasar y tenemos que luchar incansablemente contra esa rutina que sabe robarte la voluntad para que desfallezcas y te conviertas en una persona apática sin ánimos y con solo el reloj en tu mano esperando la hora de irte.

En un día como hoy de invierno y cielo gris: Hego Arrunátegui Espinoza

No hay comentarios:

Publicar un comentario