miércoles, 30 de octubre de 2019

LO QUE SE VA YENDO.


                               LO QUE SE VA YENDO


Llegamos una sola vez a este mundo, y desde que estamos aquí aprendemos todas las cosas que van pasando en cada año que vivimos, y todo se da en un constante avance de todas las cosas que este mundo nos ofrece, vamos creciendo y cada día que pasa al igual que los meses y los años, éstos nos dejan un gran conocimiento que va alimentando nuestro cerebro de tantas experiencias, que nos hacen tan hábiles que nuestras destrezas se ponen en competencia con otros humanos, y que a la vez estos  conocimientos  y experiencias los compartimos para ir creando un mundo cada vez  mejor.

Con el transcurrir del tiempo nos damos cuenta  que siempre hemos mirado al norte y de frente, pero,  nunca nos hemos dado una vuelta para mirar por un instante lo que estamos dejando y que se va yendo de nosotros y del mundo que nos rodea, es algo grande, porque, se han ido tantas cosas y en el presente se van yendo otras, que solo las dejamos que se vayan porque lo nuevo es mucho mas desafiante y esto nos gusta, el avance de la ciencia y la tecnología que nos da un sabor de futuro y de como serán las cosas dentro de unos años más.


Cuando vemos lo qué se va yendo al voltear la mirada, solo nos tomamos un momento para ver lo que vamos abandonando y que por el  interés  superior del avance de la humanidad lo dejamos atrás sin notar lo importante que fue aquello, o aquellos que se fueron y que nos dejaron algo, que valoramos, y de los que ahora se están yendo, y que están a nuestro lado, y dejando también lo suyo, son aquellos que ya no seguirán en nuestro camino, pues, les toco partir sin que nos demos cuenta que es lo que nos dejaron para seguir avanzando en ese camino  que se llama desarrollo y futuro, pero, que al mirar nuevamente, vemos esas huellas que han dejado en su paso por el mundo y que hoy las seguiremos para 
seguir avanzando en la construcción de un mundo nuevo.
Se va yendo de nuestro lado algo que es solo nuestro, los años vividos, los años de infancia, los de adolescencia, los años jóvenes de a pocos en este presente, los amigos del colegio, las amigas y los amigos que ya no volverán, el amor entregado sin reservas que colapsó de repente por un celo enfermizo, se fue el amor ese que creías era eterno, se fueron los hermanos de la casa de los viejos, se fue el amor que engendró a los hijos, se fueron tantos a quien amas que a veces los olvidamos tan rápidamente por que te embulles en el trabajo y éste empieza a ser el mejor amor que hayas sentido de repente. 

Se van yendo todos y todo, en un momento que sin siquiera darnos  cuenta,  ya ha pasado tanto tiempo y que no has vivido como otros lo han hecho, por haberte olvidado de muchas cosas elementales en la vida de un ser humano, y cuando este tiempo te marca las horas, y los calendarios te marcan el paso de los años, te preguntas si de alguna manera te olvidaste de vivir aquellos pequeños detalles en familia que te hacen sentir grande. 



Te olvidaste de vivir, y entonces te das cuenta que fue así cuando las cosas y las personas y las huellas que quizá dejaste, si se fueron yendo con el paso del tiempo, y no te diste cuenta de ello hasta que volviste la mirada atrás y viste todo lo que habías dejado, sin darte cuenta, qué todo lo que se te ofreció para ser feliz, se fue yendo sin conocer lo que en realidad era la felicidad de vivir en un mundo, en que no estás solo y que debes compartir con todos, los frutos de tu esfuerzo y tu dedicación para caminar juntos hacia el camino de una vida nueva construida con amor y para que no te vayas tan rápido sin dejar huella en este mundo.



En un día como hoy de primavera, 30 de octubre del 2019: Hego Arrunátegui Espinoza.
              


viernes, 11 de octubre de 2019

CADA DÍA



CADA  DÍA

Un día más, una vuelta rotando sobre nuestro propio eje, veinticuatro horas que no volverán, un día más haciendo historia en nuestras vidas y viendo la historia que transcurre a nuestro alrededor, siendo o no protagonista de ella, pero seguimos aquí, hasta que todos esos cada días dejen de serlo y la historia nuestra se habrá acabado dejando huellas que muchos o pocos las verán o recordaran según sea lo que hayamos dejado en este paso por el mundo.


Cada día se hace tan importante desde que amanecemos, pues, en muchos casos lo planificamos desde la noche anterior, o desde la semana pasada o desde hace un mes, pero nos levantamos a un nuevo día agradeciendo por el y por la oportunidad que tenemos de vivir un día más que esperamos siempre que sea el perfecto. 

Lo que no planificamos para un nuevo día son las actitudes o las respuestas de los demás desde que salimos de casa, nos movilizamos en nuestro propio vehículo, vamos en taxi, tomamos el bus, caminamos, pero, como sabemos que no vivimos solos en este mundo, ocurren un seria de situaciones que se desenvuelven a nuestro alrededor que de repente te involucran en una situación que tu no esperabas, alguien te choco el auto, el taxista fue por el camino más largo, y los buses llegaban  completamente llenos, después de hacer una larga cola para subir, lo cual retrasa la llegada a nuestro destino llegando relativamente tarde, y esto, no estaba planificado, pues, solemos ser puntuales en llegar al lugar de nuestro compromiso.

Cada día no es igual que el anterior, todos son totalmente diferentes, pero, lo que es común en todos es que siempre esperamos que sea el mejor día, trabajamos mucho para que así sea, esperamos que todos sean buenos para que al final del día, digamos, que buen día! y nos sintamos felices de haber podido brindar nuestro trabajo para que el mundo siga avanzando sumando un granito de arena a eso que llamamos desarrollo.

Ante lo que todos quisiéramos, que nuestros días sean todos buenos o casi perfectos, está aquello que dice, que nunca un día será como el de ayer, ni el de hoy será igual al de mañana, pues, cada día tiene su nacimiento, su desarrollo y crecimiento y también tiene su ocaso y gran final, muchas veces impredecible.


Amanecemos, pero las cosas no salen como tu esperabas de ese día, a veces le echamos la culpa al transito, a los semáforos, al policía, pero, allí es cuando el día nos parece diferente, llegas a tu trabajo, o a tu destino, malhumorado, y cuando llegas, no respondes los saludos, levantas la voz, no eres comprensible y por último te enfermas de ti mismo, y tu día se te hizo negro y recién te das cuenta que cada día es diferente hasta en extremo, de un lado porque no nos gusta la rutina y por el otro que involucras a terceras personas en ese día que te parece casi el peor de todos los días de tu vida, sin pensar que días como este podrían venir en el futuro, pues, los días de la vida no son un pronóstico, sino que se viven como vienen , uno a la vez, y es la forma como debemos vivir en cada día, y que en cada experiencia que vivamos en la escuela de la vida, esta  nos enseñe que a veces no somos buenos alumnos y que debemos esforzarnos para ser mejores, preservar nuestra vida, respetar el entorno y ser maestros para educar a los que vienen.


En un día como hoy de primavera, 10 de octubre del 2019: Hego Arrunátegui Espinoza.