viernes, 22 de octubre de 2021

UN MUNDO DIFERENTE


                                  UN MUNDO DIFERENTE       

Cada amanecer es hermoso y diferente a la vez, en lo largo de tu vida puedes ver cientos de ellos y nunca podrás ver dos amaneceres iguales, porque cada uno tiene su propia forma de entregarte su belleza para que la admires y que tu ánimo se confunda con un resplandor inigualable de belleza paz y hermosura, tal y conforme queremos que sea todo el día y nuestro día para que esa paz de nuestro espíritu nos acompañe veinticuatro horas para vivir plenamente todos los días, como siempre  quisiéramos que así sea.

El sol sale para todos, y cada uno amanecemos con nuestras propias inquietudes, preocupaciones, con nuestra fe y esperanza que podamos concretar lo que hay planificado para un nuevo día tan diferente al anterior. Nuestros deseos y nuestras esperanza son los que nos señalan el camino que tenemos que andar para llevar paz y armonía a nuestros hogares, que ahora en los primeros veintiún años de este tercer milenio nos mantiene casi en zozobra por el temor a enfermarnos por una pandemia que ha cambiado nuestro modo de vida y ha dejado a millones sin trabajo y a miles de familias con una pena en el alma por la perdida de sus familiares.


Un virus que apareció a finales del año dos mil diecinueve cambió todas nuestras vidas, se luchó bastante para buscar como combatirlo mientras las personas morían por cientos, ya nadie podía salir, cerraron los colegios y escuelas, las empresas, los negocios se mantenían solo para poder vender los alimentos, el mundo se detuvo a la mitad y ya no era el mismo, todo empezó a cambiar, nos distanciamos unos de otros, nuestros trabajos cerraron para dar paso a uno virtual, dejamos de vernos físicamente, dejamos los abrazos en el recuerdo y dejamos de visitar a nuestras familias y a nuestros amigos.


El mundo cambio a uno diferente en donde la falta de comunicación física dejó las calles de las ciudades vacías, los besos en la mejilla desaparecieron, el abrazo fraterno se convirtió en un triste recuerdo, nuestros sentimientos se ahondaron por la pena y la tristeza de ver a nuestros familiares enfermos a nuestros amigos partiendo de éste mundo, a nuestros niños sin ir a la escuela, a miles de trabajadores sin sus empleos, pero, a pesar de tantas perdidas nos adaptamos a un mundo que no era el nuestro en donde otras formas de comunicación se hicieron tan indispensables para de alguna manera seguir sobreviviendo con nuevas reglas, con nuevas formas de vernos, con nuevas formas de estudiar y trabajar, pero también con una fe inquebrantable de ir superando estos momentos difíciles y luchando contra la adversidad, de quedarnos sin trabajo, con sueldos recortados, con poca alimentación y esperando que la ciencia haga su trabajo que resultó con la entrega de una vacuna para evitar mas muertes y poco a poco ir volviendo al mundo que dejamos atrás. Nada volverá a ser lo mismo, muchas cosas han cambiado y tenemos que adaptarnos a este nuevo mundo diferente para poder seguir andando por nuestros caminos y viendo que sólo fue un recodo en ese largo transitar.

Volveremos a encontrarnos y cada uno contaremos nuestra historia de como seguimos sobreviviendo a una pandemia que aún no la derrotamos completamente, pero, que cada día damos la lucha para aferrarnos a la vida y a lo que fue nuestro mundo anterior disfrutando de nuestro albedrio y el gran amor a la vida.


En un día como hoy 22 de octubre del 2021, Edgardo Arrunátegui Espinoza.