jueves, 25 de febrero de 2016

CUANDO EL AMOR MATA

CUANDO EL AMOR MATA


Llegamos a este mundo sin desearlo, pero si, por el deseo de otros que ven en los actos de amor la consecución de algo tan hermoso como el dar vida después de sentir que el amor ese maravilloso sentimiento, da frutos muy bellos que se llaman hijos, y los atesoras y los cuidas con tanta dedicación que te hace sentir el ser más bendecido del mundo por tan hermoso don de la vida que has ofrecido al hijo que ya sabe porqué ha venido a este mundo.



Damos tanto de nosotros mismos que el amor que sentimos se va haciendo cada vez más fuerte y arraigado con el pasar de los años, y es esta pasión de amar la que nos empuja a muchas entregas y otros tantos sacrificios para que nuestras familias puedan vivir decorosamente y con dignidad, pero es también esa misma pasión la que nos involucra en una serie de situaciones que a veces no podemos controlar porque hemos aprendido a andar en los extremos de las situaciones y uno de los sentimientos que no nos permite discernir sobre una situación que debe ser consensuada termina en extremo dolorosa, cuando el demasiado amor, se convierte en celo y en donde nuestro egoísmo no nos permite clarificar muy bien una situación complicada y este celo que sentimos porque nos creemos dueños del amor de la pareja nos ciega a tal punto que el amor que sentías se convierte en terror pensando que eres el dueño de la vida de la persona que amas.


Pero este es solo uno de los argumentos que se esgrimen cuando alguien trata de explicar a su manera el porqué ese comportamiento extremo de amor que sentimos por una persona que puede o no corresponderte, o que dejo de amarte y que desconfigura tu mundo y te obliga a ingresar a otro de indecisiones, de tortura personal que poco a poco va matando en ti todas las cosas buenas que sentiste cuando te enamoraste.



Ese es el amor que va matando poco a poco muchas cosas dentro de ti, mata la ilusión, mata de a poco la pasión, mata la entrega de un corazón que lo entregaste sin reparos, el amor mata el presente para que no haya ningún futuro en tu relación, mata ese amor que ya no se siente y te lo dicen tan abiertamente y sin pena en el alma, ese es el que mata primero, es el que te deja sin voluntad sin ganas de hacer nada, es el que te liquida como ser humano, es el que te dice  qué sabor tiene el desprecio y te mata antes que cualquier otra cosa.


Cuando el amor mata así de esta manera no te queda otra cosa que la resignación antes que la pasión del celo te gane la partida y el dolor sea aún mucho más doloroso que la pérdida de la vida misma por un amor y una pasión que se fueron sin dar explicaciones a un corazón que se quedó perdidamente enamorado.


En un día como hoy, Hego Arrunátegui Espinoza.

martes, 9 de febrero de 2016

LO INTENSO DE LAS EMOCIONES.

LO INTENSO DE LAS EMOCIONES


Los seres humanos vivimos de tal forma que todas nuestras actividades nuestras acciones, como es natural, van precedidas de la pasión que le ponemos a nuestro manejo de cada cosa que emprendemos o de la forma como enfrentamos nuestras dificultades y de la misma forma, de como disfrutamos tambien de nuestros éxitos.



Cada acto del que somos protagonistas traen consigo e inmerso en su forma de actuar, un sentimiento que nos permite hacer las cosas con un entusiasmo natural, porque nos gusta lo que hacemos o por el contrario lo que hacemos se hace, porque es una obligación para subsistir, en ambas situaciones y trabajando casi imperceptiblemente, están nuestras emociones, que queramos o no aceptar, siempre nos ponen en un estado en que solemos definir como te sientes o como te encuentras solo con ver tus reacciones y el estado de humor que se mantiene en un momento determinado o por decirlo de otra manera que es la cara, el espejo de nuestras emociones.


La emociones actúan en nosotros de maneras muy similares dado que al ser estas reacciones que todos tenemos ante la pena, la alegría, la ira el enojo, el miedo, muchas veces al no poder controlarlas o manejarlas de alguna manera nos bloquean y de esta forma podemos llegar a una enfermedad que no queremos.

Cuando experimentamos el temor a perder algo o a alguien y vemos en esto que el resultado puede ser negativo, o reaccionamos luchando contra esto, huimos de la situación o sencillamente no hacemos nada, pero, por lo general luchamos o tratamos de hacerlo cuando en muchos casos vemos que ya todo está perdido, esto es lo que las emociones intensas nos provocan, porque en esa lucha de no querer perder ahondas más el problema y con ello matas la esperanza de una solución a un conflicto.


La emociones intensas que nos provocan determinados hechos nos hacen confrontar en muchos casos a nuestros semejantes con ira o enojo y esa situación por ende va a generar una terrible agudización de nuestras propias contradicciones y las volvemos antagónicas a tal extremo que en lugar de encontrar una solución a un problema provocamos enfrentamientos que no nos llevan a nada, sino solo a un distanciamiento definitivo, o a una no solución de un problema.


Todas las emociones intensas nos dañan y nos afectan lo cual se manifiesta físicamente en una tensión muscular, afectación de la presión arterial, problemas en el ritmo respiratorio, sequedad en la boca y a una elevación de nuestra propia temperatura corporal, por lo que necesitamos ante estas situaciones mantener un control de nuestras emociones para evitar un desenlace que puede ser muy negativo o fatal en determinados casos para el provocador o para quien provoca un desenlace así a causa de estas emociones intensas que estamos aprendiendo a manejar o controlar.



A veces es difícil controlar una emoción sobre todo cuando esta sea de ira, enojo, o por separación de un ser querido, y es aquí en donde estas emociones que se hacen intensas y que nadie ni tu mismo sabias que reaccionarias así, son las que por lo general terminan negativamente con un estado personal de bienestar  emocional que tenias, y pasas a otro de decepción, desesperanza, odio, enojo, fracaso.

Aprender a enfrentar nuestras emociones, controlarlas y manejarlas para evitar los extremos es una condición  que debe obligarnos a reflexionar para estar preparados quizá un poco ante una emoción intensa negativa y dolorosa, es complejo, si, todas las emociones son complejas, y es un gran reto el controlarlas para evitar situaciones adversas y dolorosas.


En un día como hoy, Hego Arrunátegui Espinoza.







lunes, 1 de febrero de 2016

LOS AÑOS DE LA ESPERANZA

LOS AÑOS DE LA ESPERANZA


Un año para la raza humana se nos puede hacer muy  corto o muy largo en el decir de la forma en que hablamos para definir si un año fue bueno o no, o para justificar que nos faltó tiempo para poder culminar lo que emprendimos, o que se nos hizo muy largo el camino emprendido sin poder lograr mucho.


Sin embargo aún a pesar de todos nuestros desalientos y de todas las esperas, siempre recurrimos a lo positivo de nuestro espiritu y depositamos nuestra dedicación y nuestro esfuerzo al logro de lo que deseamos realizar, a la esperanza, que es quizá, un recurso que deseamos esté siempre a nuestro lado para poder tener la certeza de que todo aquello que emprendamos tiene la seguridad de nuestra perseverancia y sobre todo la esperanza en que las cosas nos saldrán muy bien, porque sin recurrir a ella nuestro espiritu no estaría tranquilo porque es el último recurso del que podemos tomar mano para poder salir adelante con mucho más sacrificio y mucha más entrega.



Es por eso que la esperanza en esta nueva época tiene un lugar importante en nuestras vidas porque es la que alimenta nuestro espiritu y le pone todas las vibras positivas a todo aquello que necesitamos realizar o emprender y esto será casi siempre en  todos los años porque sabemos que ante las dificultades en nuestras vidas, estos serán para todos nosotros, los años de la esperanza.



Los años en que debemos confiar más en nosotros mismos y sobre todo confiar tambien en los demas que son parte de nuestro mundo, para que nuestras vidas y nuestras familias tengan la alegría que necesitan y gocen de una felicidad que siempre han querido encontrarla y disfrutarla mucho más a plenitud que antes.

En un día como hoy, después del primer mes de un año, Hego Arrunátegui Espinoza.