sábado, 19 de abril de 2014

UN TIEMPO NUEVO PARA MIRAR AL CIELO.


UN TIEMPO NUEVO PARA MIRAR AL CIELO

Cuando recordamos en algún momento de nuestra vida, que ante la soberbia que a veces repentinamente aflora en nuestra forma de actuar, hay segundos en nuestra mente que miramos el otro extremo, y vemos que la humildad y la sencillez con la que deberíamos actuar, nos recuerda que alguien nos enseño, padeciendo un sinnúmero de vejámenes, que la humildad es la virtud de reconocer las faltas y los defectos que tenemos cada uno de nosotros, pero, cuando no queremos aceptar esto y nos damos cuenta que no  queremos abatir la soberbia ni el orgullo, nos viene entonces a la mente el mejor ejemplo de amor y de humildad que jamas hallamos tenido conciencia, y por unos segundos vemos el rostro de Jesús, que nos enseño que siendo el hijo de Dios, se convirtió en hombre y padeció por nosotros, para que pudiéramos comprender que el amor puede cambiar todas las cosas en el mundo.


Sin embargo nos cuesta mucho a veces,  poder cambiar lo que ya es una rutina dentro de nuestra vida, y que la virtud de poder reconocer nuestros defectos, se convierte en un defecto más, al no  querer reconocerlos, y adoptamos poses que nos entregan más a la seducción de lo banal y al goce de los placeres mundanos, que solo nos llevarán a denigrarnos ante los ojos de quienes nos rodean y  ante los ojos de a quienes más queremos.


En los tiempos actuales y después de más de dos mil años, creemos que es el momento de ingresar a un tiempo nuevo, un tiempo, que nos permita volver a comprender ahora, la pasión de Cristo y el valioso significado  que tiene en nuestras vidas, para que su sacrificio no se vea  en vano, sino, que ha dejado en nosotros una nueva pasión, la del amor por el, el que todo lo entrego sin pedir nada a cambio, para que nosotros podamos comprender, que el solo pedía, amor, amor y paz entre los hombres de buena voluntad.



Hoy, en que necesitamos de este tiempo nuevo para poder reflexionar sobre nuestro propio comportamiento, es tiempo que miremos nuevamente al cielo y pedirle a Jesús que nos perdone por el olvido, por nuestros nuevos pecados, por nuestra falta de comprensión, por nuestra falta de entendimiento, que nos perdone por nuestra soberbia, y que perdone a todos aquellos que abusan del poder que tienen para someter, para humillar, para explotar y para denigrar la condición humana que no merece un trato de injusticia, sino de solidaridad, comprensión y entendimiento.



Necesitamos mirar al cielo nuevamente, para reencontrarnos con el rostro de Jesús en nuestras mentes, para poder recordarlo en la semana de su pasión y de su gloria, y que ella nos vuelva a recordar, que el amor de Cristo nos enseño, que la humildad es parte también de nuestro amor hacia el y hacia nuestros semejantes, y no olvidarnos nunca, que dar amor, es entregarse y dar lo mejor de uno a quienes lo necesitan sin esperar nunca, recibir nada a cambio.

En un sábado de Gloria, como hoy: Hego Arrunátegui Espinoza

martes, 1 de abril de 2014

VOLVIENDO SOBRE TUS PASOS.


VOLVIENDO SOBRE TUS PASOS

La vida es siempre complicada, es lo que casi siempre he escuchado decir a muchas personas, no sé, si es así o somos nosotros quienes la complicamos, o nos complicamos con ella. De una u otra forma, vamos a encontrar y hemos encontrado en ella, tropiezos, barreras, abismos, que no nos permiten seguir avanzando en las cosas que nos propusimos hacer o sencillamente, llegamos al final de un camino en donde no tienes que dar ni un paso más.


Que nos queda entonces por hacer cuando ya no hay nada más en ese instante en que te encuentras con una gran incertidumbre, no hay más que hacer. Pero, si no hay nada más, porque entonces nos cuestionamos esto, es posible que hayamos andado tanto que nos olvidamos de muchas cosas, y sin caminar hemos saltado y en ese trajinar, dejamos de repente mucho por hacer.

Es posible que al andar no hayamos mirado hacia atrás y no hemos visto que en esos saltos que dimos, dejamos cosas por hacer o las hicimos solo por salir adelante. Entonces que nos queda, lo que debimos hacer siempre, mirar atrás y ver si tus huellas estaban allí, o era el viento que ante cada paso que dabas se encargaba de borrarlas, y es por eso que al "final" te encuentras que ya no tienes adonde ir, y te das cuenta que tienes que volver a mirar hacia atrás, volviendo tus pasos para hacer nuevamente el camino, pero con la experiencia de lo ya andado, dejando la soledad esa soledad que te ha estado acompañando en ese final del camino y que fue  tu compañera.


Podemos volver atrás, pero para hacer el mismo camino? creo que no seria lo correcto, no el mismo camino, sino que sobre lo ya andado puedes ir recogiendo las huellas de lo andado y ver que tan fuerte fue tu pisada y donde se encuentra la siguiente, sino está, te toca andar nuevamente en ese pequeño tramo y dejar la huella que no quedo grabada, como un problema que lo viste y se fue de largo, sin siquiera solucionarlo.

Volvemos los pasos atrás, no para corregir lo que ya esta hecho, sino lo que dejamos de hacer, sabiendo que lo debimos haber hecho, y volvemos los pasos atrás para llenar nuevamente de huellas el camino que debimos haber andado, siendo justos contigo y con los que han creído en ti y que todavía siguen a tu lado esperando recibir, lo que un día, dejaste olvidado.


En un día como hoy de otoño: 01 de abril del 2014 Hego Arrunátegui Espinoza.