viernes, 17 de junio de 2016

EN EL NOMBRE DEL PADRE.

EN EL NOMBRE DEL PADRE


Uno de los recuerdos más gratos que tenemos los seres humanos es el día de nuestro nacimiento, nacemos en un hogar con nuestros padres al lado y la felicidad que viene de la mano con este acontecimiento tan bello como es la llegada de un hijo al hogar.

Ser padre por primera vez nos da la alegría de sentir que nuestro hogar se cimienta aun mas y nos da la responsabilidad para ser más exigentes con nosotros mismos y darle a nuestro vástago la seguridad de una buena crianza y luego una buena educación en la cual invertimos con todo nuestro corazón para que nuestros hijos tengan un buen futuro.

Ser padre significa amar con mayor intensidad a quien llevó por mucho tiempo en su vientre al hijo que disfrutamos viéndolo crecer en cada día de su vida, cuidándolo, educándolo, dándole nuestro amor y atendiéndolo en todas sus necesidades para que su crecimiento sea sano en todos las etapas de su vida, y amarla mucho más por este regalo de la vida, es decirle gracias por toda la vida a la mamá que estará a su lado siempre.

Los padres pasamos por una serie de vicisitudes que en muchos casos nos ponen contra la pared en la toma de muchas decisiones, pero ante ello esta también nuestra compañera, nuestra esposa que con su infinita dedicación y experiencia de madre nos dice las palabras exactas y directas para poner remedio a los problemas que a veces se presentan en casa.

Es por ello, que de alguna manera muchos de nosotros celebramos en este día no solo el día del padre, sino el Día de los Padres, el de mamá y papá, porque sin ella no habría hogar ni hijos, por que lo más hermoso y bello en este mundo es ella la que trajo una vida al mundo y vivió con esa vida dentro de su ser mucho antes de decirle madre, y es por ella que nosotros somos padres por la devoción el amor y la dedicación de ella en traerlo al mundo y darnos la más infinita felicidad que en el mundo un hombre pueda sentir.

Por eso en el nombre del padre, hoy te decimos gracias, esposa, compañera, por darnos la felicidad de ser el ser humano más feliz del mundo por tan preciado don de la vida que has depositado en nuestras manos para que nuestro hogar brille siempre con la luz eterna de la felicidad, y algún día, estés donde estés, tu luz nos alcanzará para seguir siendo felices por siempre.

En un día como hoy: Edgardo Arunátegui Espinoza