viernes, 27 de mayo de 2016

LA AUSENCIA.

LA AUSENCIA


Vivimos en una sociedad en donde todos estamos conectados de alguna manera, nacemos en un hogar que viene de otro hogar, de una familia y de otra familia, esta conexión es tan amplia que nos une como hermanos en una raza que todavía necesita evolucionar para seguir manteniendo esta conexión que nos permita comprender mucho más la verdadera condición humana.

La razón que nos une y nos conecta esta en nuestro propio ser que no permite que la soledad sea parte de nuestro mundo interior ni de la forma en que vivimos, necesitamos siempre estar unidos de alguna manera, y esa unión se manifiesta en la diaria preocupación de estar pendientes el uno del otro y del otro, para seguir fortaleciendo una unión que nos traerá alegría y la satisfacción de estar siempre acompañado sin que nadie te olvide y sin que tu no olvides a nadie.

En toda esta cadena de unidad en muchos casos los eslabones se desgastan y no hacemos nada para repararlos, al contrario, dejamos
que esa conexión se vaya desgastando y con ella el rompimiento de una cadena de unidad familiar y a la vez humana, que empieza a deteriorar las relaciones de familiaridad y amistad que nos  ha unido durante mucho tiempo.

En muchos casos este rompimiento nos hace tanto daño que la conexión que existía se va convirtiendo por esta ausencia de lo que nos falta, en un estado de soledad que empieza a extrañar la conexión familiar y amical que nos unía y que nos hacía grandes y poderosos en el amor.


Cuando alguien de tu entorno ya no esta  presente donde debía estar, se reclama su ausencia porque esta va generando un gran estado de incertidumbre que provoca en su entorno un gran vacío que empieza por hacer daño a quienes estuvieron al lado de aquella persona que compartió una unidad familiar y que ahora su partida genera un rompimiento por un abandono que a veces no se logra comprender.


Para comprender una ausencia de un ser querido debemos recorrer cada paso que esa persona dio cuando estaba a nuestro lado siendo parte de esa conexión que nos hacía tan fuertes, andar nuevamente a su lado en el recuerdo de lo que se hizo bien y en lo que fallamos en nuestro trato hacia esa persona, que es lo que maduro en ella después de un largo tiempo y que la incito a marcharse sin decir nada. Esta labor es responsabilidad de cada uno de nosotros para llegar a ella en su ausencia y comprender sus desacuerdos, sus incomodidades, sus puntos de vista, sus momentos incomprendidos, las faltas de cariño, la rutina, la desatención, el maltrato; todo ello comprenderlo en su real dimensión y reconocer que se obró mal durante un largo tiempo, que ésto terminó por agotar y hastiar a una persona y abandonó el lugar que una vez la hizo feliz.


La comprensión esta allí, la identificación con su actitud es natural, pero el perdón empieza a crecer también en cada uno después de reconocer el daño ocasionado, recién cuando el vacío provocado, hace notar su ausencia con una mayor incertidumbre y una gran culpa, que ahora se convierte en perdón por la falta de comprensión.


Perdón por no haberte comprendido, por no haber sido parte de ti, por no haber estado a tu lado en tus momentos difíciles, perdón por no escucharte en tu silencio, perdón por hacerte sentir tan mal que te fuiste sin poder detenerte, es lo que debemos decirle cuando el tiempo de esa ausencia termine y esa persona vuelva al lugar en donde debería estar para amarla mucho más que ayer.

En un día como hoy: Edgardo Arrunátegui Espinoza

viernes, 6 de mayo de 2016

LA ESTRELLA DE MI MUNDO.

    LA ESTRELLA DE MI MUNDO



Venimos a este mundo sin saber de donde venimos o de a que lugar llegaremos, pero cuando abrimos nuestros ojos y dejamos la casita que nos albergó durante un tiempo solo atinamos a llorar y son otras personas las que se alegran y lloran por nuestra presencia en sus hogares y se sienten tan felices que nos abrazan tanto que sus lagrimas nos bañan por primera vez en nuestra iniciada vida.


Esas lagrimas que nos dan nuestro primer baño son de aquellas personas que nos dieron el maravilloso don de la vida y a quienes debemos el estar en un mundo que nos ira demostrando lo bello que es y que nos hace sentir lo que es el calor humano de quienes empiezan por amarte de una forma tan hermosa que se siente ese amor en tu piel y en tu pequeño corazón.

Son dos personas pero una de ellas es la que mas te admira y te siente en cada latido que has dado y te sentirá en todos los días de tu vida, ella se llama mamá y sabremos que esa es la primera palabra que diremos cuando al arrullarnos y darnos todo el cariño y el amor del mundo saldrá de nuestros labios tan bella palabra que será como un canto de amor en una bella y eterna melodía para los dos, nosotros diremos mamá y ella nos dirá, si, mi hijito, y allí empezará un dialogo de amor que no acabara nunca, porque ese amor será eterno para los dos.

El tiempo pasará y éste llenará todos sus días de un sentimiento tan bello que es compartido en una entrega tan espiritual que nos da la sensación que ese amor es uno, y con el tiempo andando, nos damos cuenta que es  así, es un solo amor de mami e hijo que se funde todos los días en cientos de abrazos y besos que nos hacen amarnos aun mucho más.

No existe en este mundo otro ser que haga el milagro de darte los mejores recuerdos para que te duren toda tu vida y los compartas con tus hijos y los hijos de tus hijos, los recuerdos más bellos e inimaginables, llenos de amor de ternura, de alivio de esperanza y devoción por quien amas más que a tu vida misma, solo ella, mamá, es capaz de dejarte los mejores momentos de tu vida, solo ella, porque ella es la protagonista de tu vida y la única estrella de tu mundo.

En un día como hoy: 06 DE MAYO DEL 2016 Hego Arrunátegui Espinoza.