lunes, 9 de octubre de 2023

EL DOLOR DE LA VIDA.


 

                 EL DOLOR DE LA VIDA

En los largos años que van pasando y cuando ya eres adulto, te vas dando cuenta que el tiempo pasa por cada uno de nosotros de distinta manera y vemos en cada ser humano una serie de actitudes y reacciones que solo comprendemos porque pensamos que corresponde a la personalidad de cada uno.

 Vemos las cosas pasar de un extremo al otro y en cada uno de ellos tienes los mismos o parecidos problemas, o porque tienes muchas cosas materiales y recursos económicos, o porque no los tienes y te cuesta mucho el poder obtenerlos.

 En estas dos situaciones nos damos cuenta del dolor que se siente cuando algo te falta o cuando algo que tienes no sabes que uso darle, y sientes un dolor tan fuerte que te sientes impotente al no poder encontrar una salida.

 Lo que sentimos por esto son dolores que no los buscamos, sino, que las circunstancias nos empujaron a ellos, nos hacen sentir que la vida duele cuando no nos enfocamos en el meollo del asunto y que nos hace sentir adoloridos. Es verdad, pero, lo que siempre viene a nuestra mente, es decir, el dolor de la vida que duele y cuesta el vivirla, la sientes y mucho, y uno se da cuenta que ese dolor está allí, lo sientes y lo vez, por tener mucho o por tener poco, o nada, pero, es un dolor que se siente y te abruma sobremanera.


 Sabemos que venimos a la vida con el dolor de nuestras madres para que veamos la luz del mundo, y ese dolor ellas nunca lo olvidan y nosotros tampoco, es por eso quizá, que la vida en si es dolor, y lo sentimos así porque todo lo que obtengamos nos cuesta un gran trabajo y nos hace felices, pero, sentimos dolor también por los demás que no pueden lograr lo que se proponen y eso también duele, porque pueden ser nuestros amigos o familiares.

 Es por eso que el dolor de la vida radica en recordarnos que todas las cosas no vienen fácil,  sino que nos cuesta obtenerlas, pero, cuando obtenemos mucho y queremos más es cuando te pierdes en ese dolor de no saber ya que hacer con tanto, cuando hay muchos que sufren por tener algo de lo que tú lo consideras un excedente, y tu propia soberbia y egoísmo no te permiten extender una mano para ayudar.

 Son esos dolores los que te hacen fuerte, uno para luchar por obtenerlos y lo otro el luchar por no caer en la abundancia que te abruma, porque consideras que eso es felicidad, porque, ya lo tienes todo.

 El dolor de la vida, no es el dolor de vivir, sino el aprovechar las oportunidades y esforzarnos por obtener lo que ansiamos y vivir con el deseo de una felicidad que solo es un paliativo hasta poder realizarnos en todo lo que nos proponemos.

 

En un día como hoy: Hego Arrunátegui Espinoza, 9 de octubre del 2016

 

 

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