sábado, 19 de octubre de 2013

SOSIEGO


 SOSIEGO


Hay momentos en la vida de cada ser humano que después de mucho andar y enfrentarse a tantas situaciones de diversa índole, después de tantas tormentas, de días agitados, de momentos de turbación, de desesperanza y dolor, llega entonces  ese día que lo has esperado tanto, para dejar de andar un poco en tanta agitación y ver en el horizonte una luz, una  esperanza que te ilumina la mente y la conciencia para decirte, calma, el equilibrio ha llegado y es hora de descansar un poco.



Andamos tanto buscando lo que aspiramos lograr y nos encontramos no con soluciones sino, con paliativos que nos dan un momento de quietud en ese largo transitar para encontrar solo, no una morada para descansar, sino un albergue en donde descanse un momento nuestra esperanza, para salir a andar nuevamente en otro día, para batallar con los vientos fuertes y los huracanes, hasta encontrar la morada que te dará la placidez y la quietud que has estado buscando y que durará hasta el fin de tus días.


Este momento se puede hacer tan largo o corto que dependerá de la energía, la fuerza, y el coraje que le pongas a tu voluntad, para emprender en el momento oportuno una nueva etapa en esa búsqueda de la tranquilidad,que sera el corolario de una vida andada con esperanza en la búsqueda de ese paraíso soñado en el que instalarás definitivamente el mundo que has creado a tu alrededor.


Encontramos sosiego en el momento menos esperado, cuando después de andar y dejar migajas en el camino, encontramos un recodo que nos permite tomar aliento para continuar luego, y retomar el camino que nos llevará  a nuestro destino en donde te espera la felicidad instalada en el lugar elegido para disfrutar del esfuerzo desplegado durante años de búsqueda.


La serenidad momentánea te da el espacio necesario y el tiempo, para retomar después y con más energía el camino en donde las migajas dejadas te darán la ruta a continuar en esta larga búsqueda de la tranquilidad y la felicidad permanente.

En un día de sosiego, como hoy: Hego Arrunátegui Espinoza









No hay comentarios:

Publicar un comentario