ESFUERZO Y DEDICACIÓN
Cada vez que avanzamos en las cosas que nos hemos propuesto, vemos que cada vez encontramos nuevos obstáculos y que a veces nos hacen optar por detenernos, sin continuar.
El desánimo a veces nos gana y la voluntad nos abandona, y perdemos por un instante nuestra real motivación.
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Si cada uno de nosotros permitimos que estos aspectos negativos gobiernen nuestra vida, solo nos convertiremos en personas sin un norte que nos guíe, sin una brújula y deambularemos sin rumbo sin saber que buscamos.
Pero si a estos aspectos negativos los combatimos con fuerza, tomando el valor y el coraje que necesitamos hasta convertir en fuerza nuestro desgano, entonces empezamos por esforzarnos en hacer que las cosas mejoren, pero un esfuerzo que tenga la suficiente convicción de nuestra parte para poder superar el desgano y la apatía, robusteciendo de esta manera nuestra voluntad.
Ese esfuerzo tenemos que lograrlo realizar, porque, sabemos que nuestra motivación es fuerte, y es nuestra razón para vivir, y nuestra razón para vivir, tiene que estar por encima de todas nuestras dificultades, con la claridad y objetividad que necesitamos para darles una solución razonada, para que cada uno de nosotros pueda sentirse satisfecho de haber enfrentado las dificultades, dándoles una solución que nos haga sentir vencedores.
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En todo momento debes estar preparado para enfrentar los retos que te has propuesto vencer, primero con tu esfuerzo y después darles la debida atención y entregarse a ellos con dedicación, porque creemos, que, con esfuerzo y dedicación podemos solucionar muchas de nuestras dificultades, sean estas, personales, académicas o laborales.
Debes tener la seguridad, que si no te esfuerzas por lograr algo nada conseguirás, y si no tienes dedicación para las cosas que te propones lograr, no las podrás realizar.
Que tu esfuerzo y dedicación sean siempre parte integrante en los retos que te has trazado en tu vida.
En un día en el tiempo, 3 de octubre del 2013: Hego Arrunátegui Espinoza.
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