ESPERAR, SIEMPRE ESPERAR.

ESPERAR, SIEMPRE ESPERAR

En este mundo nuestro, todos los seres humanos esperamos siempre algo, lo sabemos, a veces no, pero, siempre esperamos, y esa espera puede ser por buenas o malas razones, pero, aún así seguimos esperando, y en esa espera se nos va pasando el tiempo y la vida.

Nuestros padres esperan que lleguemos a este mundo, y no solo cuentan los meses, sino, los días, las horas y hasta los minutos, hasta que se te ocurrió aparecer y ver la luz en este mundo, que de saber como lo tratamos y como nos tratamos, no saldríamos para no ser parte del caos que envuelve a muchas sociedades en diferentes puntos del planeta.

Esperar es parte ya de nuestra forma de vida y es parte de ser humano, esperamos dormir y descansar, esperamos levantarnos, para ir a estudiar a trabajar, para cuidar de nuestra familia, esperamos alimentarnos o que nos alimenten, esperamos con ansias las quincenas, los fines de mes, los veranos, el fin de un ciclo de clases, esperamos a papá y hasta nuestro cumpleaños con ansia.


No existe en este mundo ser humano que diga que nunca ha esperado algo, hasta los bebés lloran esperando su teta, o su biberón  pero esperan  y si demoran, lloran, por eso es que esperar es casi como un sentido, y no será el sexto porque, ese es otro, el esperar sería más bien el séptimo  y sería un buen sentido, porque cuando lo hacemos, nos volvemos pitonisas o adivinadores.

No se trata de leer el futuro cercano a una espera, pero parece que casi lo hacemos, porque, siempre nos decimos cuando esperamos, "a lo mejor no viene" "por las puras espero" "y si me dice no" "y si no tiene dinero" por eso es que parecemos que podemos ver el futuro cercano, pero, eso es parte de ser humano, y siempre vamos a tener que esperar, algo o alguien, pero sea como fuere, siempre estamos esperando, y esa espera como decimos a veces, desespera.

Me pasa lo mismo, esperaba escribir solo unas líneas esperando ir al descanso para recibir un nuevo día, y no tengo cuando terminar, o sea, que sigo esperando acabar de escribir, para ir a dormir.

En un día como hoy de primavera, esperando dormir: Hego Arrunátegui Espinoza