domingo, 6 de octubre de 2013

DECEPCIÓN Y FRUSTRACIÓN.


DECEPCIÓN Y FRUSTRACIÓN


Cuando la luz de la mañana empieza por ir iluminando tu habitación y la baña de un hermoso resplandor, ya sabes que un nuevo día empieza, y lo hace tan hermosamente visible  que al levantarte agradeces por un nuevo y bello día y esperas que éste sea mucho mejor que el de ayer. 

Esto es como una especie de agradecimiento que haces por tener una mañana esplendorosa, y lo es así porque tu ánimo ha puesto el complemento para que este nuevo día sea aprovechado al máximo y sacar lo mejor de el.


Amanecemos con nuestra mente despejada porque los inconvenientes del día anterior fueron despejados y te sientes libre para emprender tu lucha por un día más de vida. La familia te da todo su apoyo y te desean antes de salir que tengas un buen día, que lo escucharás varias veces en ese corto tiempo que tienes para saludar y que te saluden, buen día mi amigo, que todo te vaya bien hoy, son los deseos de los que aprecias y de los que te quieren.


Los saludos son parte de esa confianza que tu tienes de las personas que te rodean, no solo en tu hogar, sino en el colegio, la Universidad, tu centro de labores, una confianza que te ha costado mucho edificar, porque es parte de creer en una persona y quererla tanto como los años se van pasando.

Nuestros sentimientos son muy puros cuando de amistad se trata, y te entregas a ella porque sabes que te responderán de la misma manera, y eso es lo que nos anima a seguir luchando cada día para ser mucho mejor.


A veces quisiéramos que la vida sea siempre así, sin problemas, sin disgustos para que nuestro mundo sea un lugar digno de habitarse. Pero, no, a esta tranquilidad de tu vida tiene que llegarle lo opuesto, cuando a esas ganas que tienes de vivir le quitan la alegría y el entusiasmo, cuando de repente al tener conocimiento de un hecho inusitado,  éste, rompe la alegría de tu día, y te encuentras con una gran sorpresa muy negativa que hace que la pena te invada por completo.


La confianza depositada en las personas que conoces y quieres, te dan un gran golpe al no  haber cumplido con las responsabilidades que ellos asumieron cumplir y respetar y que al no haberlas concretado y haber fracasado, las dejan para que tu asumas los pasivos de una mala acción, que te hacen responsable de algo que tu no iniciaste y no fuiste parte de ello.

Esa pena que te invadió es el resultado de un sentimiento de insatisfacción porque viste que tus expectativas  no se cumplirán con todo lo bueno que deseaste para ti y otras personas, es entonces cuando el pesar causado por un desengaño te invade totalmente y se apodera de ti, la rabia y la tristeza, porque cuando esperabas un buen resultado por lo planeado, fallaron todas las expectativas y ves que lo construido hasta ese momento se desmorona, causándote una gran decepción.


Es muy triste estar en una situación así, la que te provoca además, incertidumbre y quedándose perplejos viendo que todo se derrumba al haber sido engañado y decepcionado, lo cual genera en una persona una sensación de pérdida de control.


Es tan dolorosa la sensación del desengaño, que esta decepción te dice que no podrás cumplir con las expectativas que te propusiste. El problema se puede tornar más complicado  para uno cuando este demora o perdura mucho en el tiempo, lo cual acarrea dentro de ti un desencadenante para la frustración y mas adelante la depresión.

Hacemos las cosas muy bien, pero nunca nos preparamos para  cuando una persona, personas o hechos nos decepcionan y vemos en nuestro accionar que hemos fracasado en tener una esperanza o un deseo al que aspirábamos y que ya  no se puede concretar.


Ese vacío o deseo que no es capaz de llenarse o solucionarse, nos frustra, nos genera  momentos agresivos al exterior como al interior de nosotros mismos al ver que los acontecimientos son insuperables o no se es capaz ya de solucionarlo, eso, nos hace mucho daño, lo cual debemos evitarlo.


Lo que debemos aprender de una mala experiencia dolorosa, de una decepción y una frustración,  es la reflexión para obtener conclusiones  rápidas que se puedan flexibilizar  siendo tolerantes, talentosos y fuertes, para no hundirnos y no ver una salida, cuando fallan nuestras expectativas,  sino que ese esfuerzo debe darnos la luz que nos guiará nuevamente por el camino en el que debemos encontrar la salida y empezar a reconstruir tu mundo, sin desesperarte.


En u día como hoy, 6 de octubre del 2013: Hego Arrunátegui Espinoza.




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