TRIBULACIONES

                                      TRIBULACIONES

En todos los momentos de nuestra vida nos encontramos con todas las formas de actuar que tenemos frente a diversas circunstancias que nos entregan una variedad de estados de ánimo que nos van dejando experiencias de sentimientos que recorren nuestra mente y se alojan en nuestro corazón como depositario de todas nuestras alegrías y de todos nuestros pesares.

Todos estos estados emotivos nos van dejando un estigma en nuestro pecho que siempre lo cargaremos si es que no luchamos ante lo negativo, por borrar los malos momentos siendo fuertes con nosotros mismos, para expulsar los malos pensamientos que nos introducen al mundo interior de la angustia, y la desesperación,  hasta llevarnos a un estado al que no queremos ingresar, pero, que lo alimentamos en cada instante con nuestra propia voluntad de querernos sentir mal de alguna manera, como queriendo castigarnos por algo que solo existe en nuestro pensamiento, y al permitirle que se haga fuerte nos abre la puerta de la desesperación y nos presentan a la depresión con quién viajamos a veces un trecho y nos hace sentir tan mal que te conviertes en otra persona, la que se compadece a si misma perdiendo así su propio valor y autoestima.

Todos estos estados que son nuestras propias tribulaciones  son las que nos arrojan a un abismo sin fondo acompañados de la angustia, el disgusto, la preocupación, la congoja, y las situaciones adversas o desfavorables por las que atravesamos.  Son ellas el peso con el que tenemos que cargar, decimos, pero debemos comprender que ante la adversidad de lo que no podemos arreglar debemos confortar nuestro espiritu, y hacer de nuestro dolor personal una gran fuerza que te de el coraje para ir saliendo de ese estado de tormento que padecemos e ir subiendo desde lo profundo de ese abismo, para comprender que la vida no seria tal, si es que no hubiera equilibrio, pero sabemos que podemos luchar con todo lo negativo porque tenemos las herramientas del amor, ante la aflicción, y de quienes nos rodean para seguir aprendiendo a vivir con ellos desde esa experiencia que nos arroja a minimizarnos y tratar de destruirnos por dentro. 

Nuestra lucha debe ser un enfrentamiento entre extremos, debes sacar de tu memoria los momentos felices pasados en tu vida, volver a sentir esa pasión por la vida y sus gratos momentos que son mas, que aquellos que nos deprimen  y que nos hacen olvidarnos que tenemos personas que nos aman y por quienes debemos batallar hasta volver a ser nosotros mismos y salir así de ese abismo que lo único que nos dejo fue un gran malestar y una turbación que preocupó a quienes amamos por encima de todas las cosas. En esta dura lucha debemos anteponer toda nuestra buena experiencia y tener el coraje de enfrentar todo tipo de temor con nuestro propio entusiasmo, con nuestra alegría, con nuestro amor, para recuperar tu propio yo y volver a ser tu mismo y te darás cuenta que quienes te rodean son las personas que también han luchado contigo para recuperarte de la oscuridad de un abismo al que no debiste entrar porque el amor y tus ganas de vivir son más fuertes que unos momentos de aflicción.

Fortalece tu voluntad y que esta sea tu compañera para que todas las cosas que emprendas tengan la perseverancia de tu lucha permanente por hacer de tu mundo, el más feliz.

En un día como hoy: Hego Arrunátegui Espinoza.