Los adultos no
podemos aceptar que a nuestros hijos, a nuestra juventud se le califique como
una generación indiferente, apática, pasiva, cuando nosotros tenemos mucho de culpa en
ello porque no hemos podido quizá calar en su conciencia para poder hacer que comprendan que ante todo y por encima de todo están los intereses de todo un
país.
Que hemos
hecho por cambiar las conciencias de nuestra juventud sino ser seguidores de la inacción y de la imposición de las ideas que ya no van para este siglo. Por
eso nuestro compromiso debe estar centrado en dar a nuestra juventud las
herramientas del cambio que necesitan para poder utilizarlas y que sean ellos
los protagonistas del nacimiento de un nuevo mundo.
Pero que le queda a los jóvenes sino educarse, prepararse, investigar, leer, para poder iluminar con nuevas ideas el mundo actual, y la única forma es viviendo estudiando y adquiriendo la mayor cantidad de conocimientos que a la larga los introduzca en la “Revolución intelectual de los Jóvenes” con ideas nuevas para un cambio nuevo. Pero este desarrollo intelectual debe salir de cada joven como un compromiso esencial de dignidad y de honor para poder enfrentar lo obsoleto y cambiar el mundo actual con las ideas y los aportes de su juventud que incentivada por los hechos históricos y lo que estamos viviendo ahora, tengan el protagonismo que la historia les ha deparado para que se sientan realmente, como siempre lo han escuchado de sus padres y profesores, que son el futuro del país y del mundo siendo líderes, emprendedores y protagonistas del cambio..
Demos paso a los jóvenes que deben ser la vanguardia en la “Revolución
intelectual”
para que con la frescura de sus ideas y sus aportes sean los
abanderados de esta
nueva sociedad globalizada que nos convierta algún día en mejores ciudadanos de
nuestro país y los mejores ciudadanos del planeta Tierra.
En un día como hoy :Hego Arrunátegui Espinoza.
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