miércoles, 26 de junio de 2013

LA ENVIDIA DEL NO SER Y EL NO TENER

LA ENVIDIA DEL NO SER Y EL NO TENER


Es casi difícil comprender el comportamiento humano cuando este excede los limites de nuestro entendimiento de lo consciente y normal  para pasar al plano de lo inusual y a preguntarnos  siempre ¿por qué? Porque actuamos de una manera para sobresalir ante los demás, para que nos adulen, para que nos tomen en consideración  o para ir escalando los peldaños que nos lleven a la cima en donde poder disfrutar el poder, el poder de hacer las cosas a nuestro antojo y que nuestro actuar sea el único que prevalezca  por encima de todas las opiniones sean estas justas o aduladoras.


Pero es ese poder que al desearlo casi todos es el que nos hace perdernos  dentro de esa vorágine que es la lucha incesante  por  ser nosotros  los mejores y los demás  solo el obstáculo para lograr nuestros fines.  Pero ante quien luchamos sino es ante aquellos que de alguna manera han ganado el respeto y el reconocimiento de los demás en función de su capacidad y entrega para lograr un fin a favor de todos los que puedan sentirse favorecidos. La lucha constante y permanente por lograr el beneficio colectivo sin anteponer lo individual, esa es la razón  que tienen para vivir aquellos que han aprendido a luchar  sin esperar nada a cambio sino el simple hecho de sentirse satisfecho de haber logrado que otros se sientan realizados  en lo que se propusieron  y solo ser feliz con el éxito  logrado. No hay nada mas allá de este sentimiento  sino el simple deseo de ayudar para que otros se puedan sentir felices y puedan continuar caminando hacia el único norte que tiene su vida  y es el de ser mejor cada día.



Esa entrega individual de quienes se han comprometido con el futuro y el cambio permanente de cada persona  es la  causante de que se halla logrado mantener en cada ser un prestigio y un reconocimiento que a la vista de todos solo se les puede decir con el pensamiento, gracias, gracias por que aprendí casi sin darnos cuenta de lo que iba asimilando, hasta que el tiempo les dio  la respuesta al ser ahora lo que son  por que tuvieron un camino y alguien que los llevo casi de la mano hasta avanzar un poco  y luego el resto estuvo de su parte. Es esa entrega  la que se envidia por no ser  ni dar lo que otras personas lo dan sin esperar nada a cambio, no hay soberbia en esto sino la humildad del que sabe entregar lo mejor de sí  para que otros puedan ser felices.

Lo que no entendemos muchos seres humanos  es por que se envidia lo que no se es, porque cuando uno lucha y se esfuerza por lograr obtener algo lo consigue si le antepone a su triunfo un esfuerzo una voluntad férrea y una fe inquebrantable en el éxito, si así lo hacemos podemos lograrlo todo, pero si en el camino encontramos personas que solo ponen obstáculos, trabas, generan intrigas y suspicacias, contra quienes desean hacer las cosas bien, entonces nos encontramos con aquellos constructores que  levantan  la envidia del no ser de lo que otros si pudieron ser  sin tener nada mas que envidiar que solo el prestigio que otros ganaron, quizá sin darse cuenta  de que lo habían ganado, solo hasta que se dieron cuenta que al no poder ser como el que se envidia, solo queda, desprestigiarlo, desacreditarlo, restarle credibilidad para que solo pueda prevalecer la envidia del no ser y el no tener lo que se envidia, integridad, honor, moral y dignidad.

En un día en el tiempo ya hace mucho: Hego Arrunátegui Espinoza.


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