viernes, 17 de mayo de 2013

AMANECISTE BIEN?



                                      AMANECISTE BIEN?
                                     

Hoy debe ser un buen día para muchos, un buen fin de semana, pero, a veces decimos lo contrario cuando ya la mañana empieza por avanzar y no vemos que nos sintamos realmente bien, y decimos este no es un buen día, y nuestro ánimo decae porque estamos estimulando en nosotros el lado negativo que siempre nos acompaña y permitimos que nuestra auto estima se vea resquebrajada. Esto hace que nos sintamos culpables de todo y no debe ser así, debemos reaccionar ante este sentimiento, respirar profundamente y pensar objetivamente que es lo que te llevó a esto. Debes recorrer nuevamente el camino, desde antes de salir de casa, en el transcurso del tiempo para llegar a tu centro de labores o de estudio, y durante el tiempo que llevas en tal lugar, paso a paso, reflexionar.

Sentirás quizá desazón por sentirte mal, pero lo que nos pone así, en muchos casos es el no haber cumplido con algo que te propusiste realizar no solo para tu propio bien, sino, para quienes te rodean, y es por eso que  esa sensación terrible de tristeza te va jalando con tanta fuerza que parece que desmayarás en el esfuerzo que has estado haciendo para que otras personas, familiares o quizá tus amigos se sintieran contentos con lo que tu ofreciste realizar y no lo pudiste cumplir en ese momento, que es único, en donde debiste decir, lo hice, que bien, que les parece.

Sin embargo lo que pasó fue que necesitabas haber tenido solamente un poco de tiempo más, y muy corto y cumplías con lo que te haría muy feliz, pero no, tendrías que esperar un día más. Esto que pasa es simplemente por decirlo así, una decepción de tus propias expectativas que dejaron a un lado la sencillez y la humildad con la que debemos emprender las cosas que necesitamos hacer,  y el exceso de confianza y la soberbia que se apodera de tu capacidad para enfrentar dificultades te jugaron una mala pasada, y por no querer aceptarlo resquebrajaste tu autoestima y te doblaste y te acompaño la pena y la tristeza por haber defraudado a quienes confiaban en ti. Ese dolor que genera la pena es el sentimiento que apaga en todos nosotros la luz en nuestra vida, y que nos arrastra a veces a decisiones extremas y a lo oscuro que nos lleva una depresión.

Cuando eres joven, solo te lamentas y te lamentas, pero a fin de cuentas te recuperas porque es lo que debes hacer ante una caída, levantarte y continuar en el camino, pero,  en muchos casos cuando ya eres un poco más adulto, esos sentimientos se hacen más fuertes y te cuesta mucho salir de esa oscuridad momentánea.
Porque pasó, por el hecho de no ver con más claridad los dos lados de una situación, la que sale bien y la que te decepciona y no esta muy bien. Entonces lo que se debe hacer en ese camino desde casa al lugar de trabajo o de estudios, que es pensar y pensar, te dio el tiempo suficiente para nivelar tus sentimientos y sabrás  ver entonces que en tu balanza después de haber reflexionado detenidamente, las soluciones que te planteaste para continuar disfrutando de esta vida, habrán  pesado mucho más y la luz de tu ánimo alumbrará mucho más tu camino.
En un día gris como hoy, culminé lo que ahora leen - 06/06/13: Hego Arrunátegui Espinoza.

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