miércoles, 28 de diciembre de 2016

LA IRONÍA EN LOS BUENOS DESEOS

LA IRONÍA EN LOS BUENOS DESEOS



Nuestra sociedad nos ha educado en el transcurso del correr de las décadas y los siglos de tal manera que siempre debemos guardar la compostura y respetar las reglas de la cortesía y el respecto hacia nuestros semejantes, porque existe un orden en todas las cosas que debemos hacer, para saludar, para despedirnos, para conversar, para conocer a alguien y no salirnos de ese orden de cosas, que luego se convierten en un protocolo de como hacer tal o aquello que nos permita mantenernos en una sociedad o cultura que esta siempre sometida a estas reglas de conducta, que si no las cumples, esta misma sociedad te margina y te excluye de todo tipo de eventos porque no estas a la altura de quienes se creen los cultos de la época y quienes quieren imponer sus formas de vida a todo el mundo.


En este tipo de situación a la que se nos obliga a un trato que ya de por si ha pasado a la historia, todavía nos resistimos a dejar estas reglas que ya son obsoletas en un mundo cuyos ciudadanos se sienten con mayor libertad de actuar a su manera dejando a un lado la parsimonia y el legado de los caballeros de otras épocas, aunque muchas de esas cosas aun nos quedan en nuestro actual comportamiento, a veces la presión de los demás nos obligan a recordarla para no pecar de incultos, por ejemplo, todavía decimos, provecho, a una persona o personas que cenan en un restaurante o cafetería, cuando estornudan siempre decimos salud, y si no lo hacemos nos dicen mal educados.



En las reuniones sociales a las que asistimos observamos mucho de esta normas o reglas de cortesía que se imponen de una manera casi natural, saludas a quienes conoces y a quienes no, intentas sentarte y si no hay donde, se para alguien y te ofrece su asiento dejando a su familia sola; al momento de la cena viene la mejor demostración de como haces uso de los cubiertos y que tan lento llevas los alimentos a la boca para demostrarles a todos que tienes una gran cultura y una buena educación.


En las reuniones de trabajo, fiestas de amigos, de aniversarios, de barrio, de fiestas como un cumpleaños las de año nuevo, se manifiesta un comportamiento de lo más hipócrita e irónico,cuando te encuentras con un compañero de trabajo que te ha hecho la vida imposible en la oficina o en la planta, cuando un jefe se siente obligado primero a saludarte y luego darte un abrazo por lo que se está celebrando, o cuando te encuentras con una ex enamorada o un ex enamorado, no puedes quedar mal sino saludas, o si te encuentras con la persona que no puedes ver ni en pintura, tienes que saludarla por educación, pero en donde se siente la ironía de esta situación es cuando en reuniones de cumpleaños o de año nuevo tenemos que darle un abrazo a los conocidos, a los mal conocidos y a los desconocidos, un abrazo que lleva en el frío del mismo la gran ironía de la vida, cuando deseas para él, que pase un gran cumpleaños  y les desean que el el año nuevo le sea exitoso, esos abrazos quedan grabados en una fotografía o en un vídeo, pero no se puede ver el sentimiento irónico de ese abrazo que se da por política para preservar nuestro estatus de personas cultas y respetuosas.




Resulta muchas veces paradójico que a quien menos quieres saludar para evitar este malestar interior, son los primeros a quienes encuentras, y no te queda otra que desear con un abrazo tus mejores deseos de prosperidad a aquella persona que se ha convertido en tu sombra en tu trabajo, en tu barrio, en la Universidad, en tu empresa, quedándote con la sensación de por que lo hiciste, y piensas lo irónico que es un momento como ese en que tienes que ocultar tu malestar por tan ingrato momento, y no recuerdas que para eso te educaron con manual de reglas y normas que debes respetarlas hasta decirle salud, chocando tu copa deseándole lo mejor del mundo a quien ya no merece tu respeto, todo para seguir el camino de los cultos y de una moda o forma de convivencia que oculta la ironía y la hipocresía en cada uno de esos buenos deseos.

En un día como hoy: Hego Arrunátegui Espinoza y soy Edgardo Arrunátegui Espinoza.




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