RESPETO A LA VIDA
El acto más bello de todo ser humano es cuando sabe que va a ser padre o madre, y esa sola confirmación nos lleva al más bello de todos los momentos de nuestra vida, en donde todo lo anterior pasa a un plano que se guarda en el recuerdo y en el corazón de nuestros sentimientos.
Ser padres en un momento e instante de tu vida, te da la oportunidad de sentir lo divino que es traer una vida al mundo, y en ese transcurso nos pasamos tantos meses, pendientes y viendo como va creciendo esa pequeña personita en ese hogar tan pequeño que es el vientre de mamá.
Este es un largo tiempo en que contamos las semanas y los meses, hasta ver a ese hermoso ser humano tan pequeñito y adorable, que nos hace llorar de alegría y ternura porque es un angelito que se nos entrega para iluminar nuestro hogar y nuestro mundo de una inmensa felicidad, tan grande, que el mismo amor brota en lagrimas, para coronar tanta alegría.
La razón de ser padres nos la dan nuestros hijos que son el producto de un inmenso amor construido con los hermosos y pequeños detalles que nos hacen admirar mucho a la persona a quien le entregamos nuestro ser de una manera absoluta, para unir nuestros seres y nuestros espíritus para vivir el inicio de una felicidad que elegimos y decidimos hacerla nuestra y parte de ya no dos mundos, sino de un solo mundo, que se fundieron en el calor de un amor tan sublime, que los hijos son eso, el amor puro y verdadero de una vida a la que nos entregaremos para ver que todos seamos felices en un hogar que se formó con amor y que andará con amor en el camino de nuestro bello destino.
Amamos y respetamos la vida, pero nunca jamas permitiremos que alguien le haga daño a nadie y sobre todo a un niño o niña indefensos que lo único que llevan consigo son las armas del amor y de la alegría, para hacernos felices con tanta energía y algarabía con que ellos ven y aman la vida. Los hijos en determinados momentos eligen decir palabras que a veces suenan mal en todos, pero esto, no es de un modo consciente, sino que lo hicieron por mera repetición, al escuchar a papá o a mamá decir a veces palabras que resultan insultantes para los adultos, pero no para los niños que solo son repetidores de lo que dicen los mayores.
No por esto vamos a castigar verbal ni físicamente a nuestros hijos, que lo único que hicieron fue repetir lo que dijeron los adultos como una forma más de expresarse, lo que debemos hacer es mantener el respeto por la vida y sobre todo la vida de nuestros seres queridos y protegerlos de los que pueden hacerles daño, pero, no podemos protegerlos cuando lo que agreden son los propios padres que pusieron en los labios de los pequeños las palabras que ellos usaron para enfrentarse en una situación difícil en casa, y sin pensarlo están recibiendo algo de su propia medicina, pero, que en este caso la situación se descontrola y el padre o los padres los agreden sin pensar en las consecuencias psicológicas y físicas con las que hieren a sus hijos.
Respetemos la vida de todos, pero, protejamos mejor y respetemos aún más la de los pequeños niños que están indefensos ante este tipo de agresiones que resuenan como un gran grito de auxilio y de ayuda en nuestros corazones que se encogen de indignación ante esta crueldad
que debe parar en el mundo, en donde los niños son las primeras víctimas de los problemas de los adultos y de los adultos que dirigen nuestros países.
Respetemos con amor la vida que hemos traído con amor, demosles la alegría de un mundo maravilloso que lo seguiremos construyendo hasta que la felicidad, reine no solo en nuestros corazones sino, en cada ser humano que habita en este planeta, en nuestras madres dadoras de vida y en nuestros hijos fruto de un gran amor con sentido y pasión.
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