Todos nacemos bajo un refugio al amparo de nuestros padres ellos nos dan toda la seguridad para que nuestra vida se inicie con muy buenos valores para que en el futuro todos nuestros actos tengan ese espiritu de rectitud y valor que ellos sembraron en nosotros.
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Vamos caminando por la vida creciendo en cada experiencia ganada, buena o no, pero es parte de ser nuestra vida la que vamos experimentándola, vivir,para demostrar y demostrarnos que la vida es siempre la oportunidad que tienes de plasmar lo aprendido en los años que van pasando.
Sin embargo esto, que pensamos de cada uno, no todos lo experimentan por igual, las oportunidades se van tomando o dejando según la iniciativa que guíe o dirija tu vida. Lo que las demás personas piensen o hagan en su forma de vivir, y las que se internan en tu mundo son aquellas que siempre van a querer demostrarte, que son más valiosas que tu, o que son más inteligentes que tu.
Estas actitudes que se van convirtiendo en una forma de vida y que afectan la tuya son las que no permiten que las personas se desarrollen según los valores con los cuales los orientaron en su vida. Muchas veces la porfía de las personas para que cambies tu forma de ser ante los demás es tan intensa, que esa o esas personas intentaran, trataran por todos los medios de imponer su personalidad ante tu condición humana.
Luchamos todos los días para que nuestros actos sean los correctos, pero, no podemos intervenir en las actitudes de necedad de ciertas personas que están siempre a nuestro alrededor demostrando su gran soberbia para poder reducir nuestra capacidad de emprendimiento, y esta necedad que nace del "crecimiento deforme de nuestro interior" es lo que no nos permite avanzar en nuestro desarrollo personal.
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La necedad de los necios, de querer imponernos un estilo de vida del que solo, el, puede sentirse satisfecho porque su soberbia es lo que domina todo su interior. La necedad de siempre ser dominante y exclusivamente porfiado en algo que es tan negativo para los demás, pero esa bendita necedad, del aturdimiento y la avidez por el control de los demás es la que ira prevaleciendo si es que no nos sacudimos de esa "actitud antinatural de un temperamento" que quiere enraizarse en los demás como producto de la gran soberbia humana que siempre dirá que lo puede hacer todo, mientras nosotros se lo permitamos.
Esa bendita necedad de la porfía, la soberbia, del necio, del engaño, del aprovechamiento de una oportunidad desaprovechada, del querer mantenerte siempre dominado para que no actúes ni hagas nada contrario a esa actitud, esa necedad de querer demostrar que es más que uno, no siéndolo y tratando de demostrar que tiene talento y no es así, aquel que su refrán preferido es "a palabras necias oídos sordos" es a esa bendita necedad de ser soberbio sin talento, necio, porfiado, sin saber lo que dice, viendo los vicios ajenos y olvidar los que tiene, es lo que debemos vencer de una sola vez y rápido.
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Esa bendita necedad es la que debemos combatir para que no siga dañando los espíritus buenos de los humildes, de los inteligentes y creativos, de los sagaces y la agudeza que los hace ser, hombres y mujeres de carácter, solo así nos opondremos al necio y a esa bendita necedad de su soberbia.
En un día como hoy27 de diciembre del 2014: Hego Arrunátegui Espinoza.
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