viernes, 28 de agosto de 2020

LA SOLEDAD DEL CORAZÓN


              LA SOLEDAD DEL CORAZÓN


Estamos en tiempos nuevos o en tiempos diferentes, pero de alguna razón sabemos que no es la misma vida que hemos disfrutado como hace poco, libres de poder salir, gritar correr, cantar con el viento pegando en tu rostro, ya no es esa vida por el momento, ya  no es momento de reunirnos para ir a los campos , los parques llenos de gente conversando y riendo, jugando y saltando con los hijos o los nietos, ya no es ese momento, hemos  entrado por
 una puerta a un mundo que desconocemos en donde han habido momentos en que ya no hemos creído en la esperanza en que ya no hablamos mucho del futuro, sino, que nos hemos detenido en este presente para enfrentar de alguna manera a lo desconocido a lo que nunca esperamos que llegara, la incertidumbre del no saber que hacer, al dolor que nos causa no poder abrigar ni cobijar a los nuestros en donde el mundo al exterior de nuestras casas casi dejo de existir y cerrando los ojos nos internamos en nuestros hogares para enfrentar desde allí a lo desconocido que nos esta haciendo mucho daño.

Ya no somos los mismos de antes, así querramos sonreír, gritar y saltar, solo lo podemos hacer en ese mundo interior en el que se ha convertido nuestro hogar, un mundo que hemos creado para preservar la integridad de nuestras vidas y hacer de esos momentos  una nueva historia de la cual seremos los protagonistas principales, esperando muchas cosas y aventuras hasta que se nos acabe la imaginación o se acorten los momentos de ya no tener que hacer. Son duros los momentos que vivimos actualmente en este año en que somos atacados por algo tan misterioso y desconocido que no tenemos todavía las ar
mas para poder defendernos de un ataque que nos encontró desprevenidos y sin nada con que defendernos que ni siquiera la piedras lanzadas podrán jamas tocar aquello que nos amenaza y ataca, no nuestro exterior sino lo mas preciado nuestro interior para lo cual no tenemos por ahora las armas con que defendernos para que no nos elimine.


Nunca pensamos que pudiéramos llegar a un momento como este, que solo sabíamos de el por la historia  de hace s
iglos de gente muriendo infectados por miles y leíamos sobre tan cruento drama que el solo leerlo nos asustaba de sobremanera y decíamos, ojala que nunca lleguemos a pasar por esto, pero llegó un momento desde esa época en el futuro en que hemos vuelto a sufrir de igual manera que hace siglos con algo que nos ataca  y ante lo que no tenemos defensa alguna, es terrible y doloroso ver tanto sufrimiento y aún más el estar a la expectativa de que no pase por nosotros, ese es un dolor que todos lo llevamos dentro  pero, aún luchamos contra el día tras día con este enemigo invisible que no nos da tregua, pero, que sin embargo nuestra voluntad por el derecho a la vida sigue siendo cada día mas fuerte y luchamos a nuestra manera hasta aislarnos completamente y que el enemigo invisible pase de largo.

Aún con todas estas formas en que afrontamos nuestras vidas ante estos momentos difíciles y con los nuestros cerca a nosotros, esta allí un corazón que se llena de soledad, que poco a poco se va aislando interiormente de los que nos rodean y llegamos a sentirnos tan solos dentro de una muchedumbre que a veces ya no tenemos nada que decir ni que hacer, se nos acabó la motivación, las palabras de aliento el hola, los buenos días y nos aferramos  a ese mundo interior para hablar con nosotros mismos tratando de buscar en nuestro corazón la soledad que nos invade, y es allí en donde vemos pasar todos los momentos de nuestra vida nuestros años de felicidad los sentimientos de amor allí acumulados por momentos pasados  por grandes alegrías, pero que sin embargo ahora se siente solo, cojeando, por no poder alcanzar a la esperanza que corre mucho mas que nosotros y este corazón que deja de correr sintiéndose aún mas sólo sin que nadie lo conforte. Esa soledad del corazón es la nos va dejando experiencias pasadas que hoy se convierten en presente, ya no está tu compañera de años la de los hijos hermosos o el compañero que igual se fue y dejo una familia con madres e hijos luchando solos, todo esto se suma a la soledad de los días de aislamiento que te hacen ser una persona diferente, desconocida más aislada que todos tratando de recuperar la noción del tiempo transcurrido y la cordura que la soledad en tu corazón te esta dejando.

Aun  así nuestra propia fortaleza se va desprendiendo de nu
estra negatividad de nuestros miedos de nuestras angustias, de nuestra soledad y volvemos a ver la luz  resplandeciendo en nuestros corazones y volvemos a llamar a la esperanza para que nos vacune contra la incertidumbre la desesperación, el abandono, lo negativo, para volver a fortalecer nuestro corazón y darle nuevamente un sentido a nuestra vida en la lucha contra este enemigo invisible que ahora si estamos seguros que lo derrotaremos con la perseverancia y la voluntad de nuestros esfuerzos por seguir viviendo esta vida que se nos dio como un milagro.

En un día como hoy, 29 de agosto del 2020: Hego Arrunátegui Espinoza.





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